
Ganó la violencia. Una sociedad culturamente en coma
Ganó la injusticia. Un gran premio para la delincuencia.
El plantel de Estudiantes, victimas de un modelo corrupto.
El esfuerzo del plantel que se preparó durante meses para la final quedó opacado, arruinado por un grupo de violentos que gracias a que tienen el apoyo de las autoridades (AFA, Policía, Justicia) tienen vía libre para arruinar espectáculos deportivos (en el menor de los casos) cuando no asaltan, secuestran y violan a otros ciudadanos. Lo que sucedió en el estadio de Racing Club es ya de público conocimiento. Los gravísimos hechos durante y en la previa de la segunda final merecían una medida ejemplar, un castigo modelo al Club Almirante Brown que es el que apaña a los delincuentes que ocupan, junto a los pocos hinchas de fútbol que hoy lo siguen, la tribuna popular del club de Casanova.
El sueño de los muchachos de consagrarse campeones junto a la gente que los acompañó durante los 2 últimos torneos se esfumaría si la decisión final sea que los hinchas no puedan acompañar a su equipo. El deseo de justicia del plantel que tuvo que soportar un intento de asesinato 30 minutos antes de comenzado el partido es ya un imposible. El partido se seguirá y aquel penal que fue cobrado 45 minutos despues del desastre de la previa se pateará. La justicia, al menos en AFA no existe.
El mundo del revés: Los violentos, premiados.
Sin lugar a dudas la medida de la AFA es una victoria para los violentos y un nuevo triunfo para los dirigentes que apañan a delincuentes o que directamente forman parte del problema y no de la solución, tal es el caso del presidente de Almirante Brown, Juan Echeverría, que se paseaba por los medios diciendo que Cáceres había fingido estar lesionado. Ahora, me pregunto ¿Sr. Echeverría, es Usted ciego o malintencionado? ¿No creerá también que fue el mismo Cáceres quien tiró la bomba de estruendo, no?
Sin ir mas lejos, el entrenador del club mirasol, Blas Armando Giunta, aseguraba que los culpables de la agresión al micro que trasladaba a los jugadores durante la llegada a Avellaneda eran justamente los propios jugadores por haber llegado al estadio cantando y flameando banderas con el escudo del club que quieren y defienden. Su delito fue el haber llegado ilusionados a la cancha, el mensaje que nos da el ilustradísimo técnico mirasol es claro y tendría que ser tenido en cuenta por todos los jugadores de la categoría que sean. A la cancha, se llega callados, mirada al piso y vestidos de gris, en caso contrario sería una clara provocación. Triste.
¿Cree usted que la decisión correcta era darles una nueva oportunidad a esos ‘hinchas', ‘dirigentes' y ‘cuerpo técnico'? El mismo Giunta desconfiaba de su colega Walter Cáceres cuando salía al aire en vivo por La Red deportiva insinuando que la bomba (o petardo, según él, como si ello cambiara algo) había también caído cerca de los jugadores de Almirante Brown y que ellos estaban sanos y salvos. ¿Es esta una declaración de alguien que esté en contra de la violencia o es justamente la artimaña de alguien que solo quiere impunidad para sus iguales, digo, los violentos?
El hincha de Estudiantes, el gran perjudicado.
El esfuerzo del hincha de Estudiantes de cara a esta final fue sin precedentes. Toda la movilización a las finales fue pagada por los hinchas, se organizaron rifas, cenas a beneficio y todo tipo de actividades para que los simpatizantes pudiesen llegar al estadio de Racing Club a alentar a su equipo a un precio módico. Gracias a esa movilización 8000 personas pudieron llegar al estadio no sin antes ser retenidos en la autopista durante 35 minutos gracias al espantoso y malintencionado operativo policial. Una vez allí y con su entrada en la mano solo pudieron disfrutar de 13 minutos de la gran final gracias a que, en la tribuna de enfrente varios centenares de enfermos arruinaron el espectáculo e hicieron todo lo posible para que por lo menos sean varios los muertos. Esos ‘guapos de copetín' son los mismos que se enfrentaron a la policía en el Ciudad de Caseros cuando el resultado les era adverso y que causaron toda clase de disturbios y problemas en prácticamente todas las canchas a las que fueron. A diferencia del público de Estudiantes que tuvo un comportamiento ejemplar durante todo el torneo.
Queremos creer que la AFA va a devolver a todos los hinchas de Estudiantes el dinero que pagaron por las entradas además de los gastos en viáticos y el dinero a aquellos que por ir a ver el partido perdieron el presentismo en sus trabajos. Le devolverán el dinero a los muchachos que llegaron desde el Uruguay y que tuvieron que volver a su país con el amargo sentimiento de haber vivido un mediodía para el olvido, le devolverán el dinero a los que se acercaron de Astolfi, de Boulogne, de San Miguel, y de varios puntos del interior del país.
¿Es posible y aceptable que la Asociación del Fútbol Argentino se burle de toda la parcialidad de Estudiantes de esta grosera manera?
El ‘peso' en A.F.A.
Mucho se habló durante las últimas dos semanas del supuesto ‘peso' en A.F.A. de la dirigencia de Almirante Brown. Mucho se habló de intereses económicos, de que el Partido de la Matanza no podía verse perjudicado de esta manera, de la influencia política en la decisión, de los votos que se perderían, etc. Muy claro está que los casi 1.500.000 habitantes de la Matanza pueden decidir una elección, eso esta claro, es más, ya lo han hecho en varias oportunidades para la desgracia de muchos.
Se criticó en varias oportunidades a la dirigencia de Estudiantes por no poder lograr que la balanza nos favoreciera y eso como hinchas del ‘pincha' lejos de molestarnos debería enorgullecernos. Si los dirigentes del club no pudieron cambiar la historia fue solamente porque fueron por derecha y porque no son corruptos. Porque confiaron en la buena fe de la Asociación del Fútbol Argentino y de la justicia.
La idea de la dirigencia sería no presentarse a jugar el partido sin el arquero titular Walter Cáceres y sin que la gente de Estudiantes pueda presencia lo que queda de la devaluada final.
Estudiantes actuó correctamente y tiene la moral intacta. Los otros, son los representantes de lo que llevo a este país moralmente a la ruina.